miércoles, 7 de septiembre de 2011

Estadio nacional


No me atreví a visitar las casa de tortura, de desaparición y vejación en Santiago de Chile que ahora se han covertido en museos. Mis amigas si fueron pero sé - me conozco- , no podría soportar una experiencia de ese tipo, de recuerdos encerrados en las paredes.

Me fui refugiándome según yo, de ese pasado de la ciudad a una sala de cine que sólo lo trajo de vuelta. Pero de eso no hablaré hoy, de mi experiencia con la izquierda.

Leí un libro que se llama Frazadas del Estadio Nacional del escritor y poeta Jorge Montealegre, un libro bellísimo y angustiante sobre la prisión en el Estadio Nacional, sobre el horror que Chile vivío, que él, el autor de 19 años vivió en ese estadio de la muerte. Habla también de esa sociedad fragmentada, dolida, acaso irremediablemente marcada. El libro es bello porque está escrito sin resentimiento y con una lucidez extraordinaria.

¨Recuerdo especialmente a un muchacho brasileño de 17 años. Viajaba haciendo autostop por América Latina. Estaba de paso en Chile. A pesar de nuestra situación se mostraba simpático y alegre. Estaba seguro se salir luego ya que no era político. Le gustaba cantar en el camarín. Lo queríamos todos. Lo llevaron una mañana al velódromo y regresó convertido en un llanto moreno y desfigurado. Lo habían interrogado en su propio idioma militares brasileños, en una cama metálica, electrificada, que luego supimos que le llamaban "la parrilla" y que también habían traído de Brasil. Nuestro amigo no quería hablar mucho, tenía miedo. Solo estuvo una noche más en nuestro camarín. Lo llamaron al disco negro. No regresó al camarín. Años más tarde vi su foto entre las de otras personas desaparecidas¨.


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