miércoles, 21 de octubre de 2009

Un hecho finalmente consumado en mi vida, sin dolor, sin diálogo, sin pensamiento incluso; como vorágine. Debo decir: una síntesis.

Supongo que para la gente sin esta enfermedad de la escritura -esa feliz esclavitud, esa pasión extraña por pensar y escribir- para esa otra gente los hechos devienen sin poesía, los hechos devienen águila. Los hechos tal vez sean mas vívidos para ellos, y perciban los fenómenos de forma mas clara que la/el escritor@.

El escritor reconstruye una realidad que lo emociona, que lo conmueve o que le encabrona. Mediante estos trazos transforma. Esa es la verdadera experiencia literaria.

La escritura es la única rama del arte que se piensa a sí misma y tal vez sea la única actividad humana esencialmente hegeliana.

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