sábado, 12 de septiembre de 2009

Pongamos que hablamos de Gonzalo Rojas

Ya sé que el sol de la muerte me está haciendo girar en un eterno proceso
de rotación y traslación llamado falsamente Poesía.
A veces, como hoy, esta aparente confusión me hace reír a carcajadas.
Este torbellino de palabras volcánicas como una erupción,
que son una amenaza para los sacerdotes del soneto y el número.


Pero es un sol innumerable lo que me sale por la boca,
como un vómito de encendido carbón qué me abrasara las ideas y las vísceras.


Estoy perdido para el mundo,
aunque mi reino sean todos los mundos posibles,
porque yo soy el testigo de mi propia creación.
Mi creación es mi pasión. Por eso hago soplar los vientos
para que den testimonio de mis llamas.

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