lunes, 16 de enero de 2012

Una visita inesperada en Cabo

Despierto en un momento de la mañana y siento que mi postura corporal probablemente no cambió toda la noche. Me siento descansada, tuve un sueño que me hizo creer que mi abuelo estaba vivo y muy contento en esa, su silla, que aún, nadie se atreve a quitar de la cocina. A un lado de él estaba mi tio Robe, mi abuelo estaba sonriente y luminoso y me volteaba a ver, con una expresión amorosa, y de felicidad que me conmueve cabrón. Todavía me acuerdo y es el recuerdo super real, entraba por la puerta y lo veía sentado, yo corría a él, a abrazarlo y por unos momentos Fernando Contreras estuvo vivo y me abrazaba.

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