martes, 4 de mayo de 2010

Hablando de poetas, maestros, alumnos y policías

Que conste que hace algunos años ya estaba despolitizada de forma rotunda y por decisión consciente. Pero entré a un trabajo explotador y enajenador y las cosas se volvieron evidentes. Dos cosas fundamentalmente pero sólo hablaré de una: La sociedad mexicana está descompuesta, radicalmente deshecha. Prevalece el esquema colonial junto a la dominación voluntaria de las masas. Es evidente que una de las vías de adquisición de armas de defensa frente a esta realidad es la repolitización del pensamiento.

Neta que no quería ver las evidencias que indicaban esta necesidad y en todo caso se me hacía un extremo innecesario, un retorceso inclusive.

Ya viví la respuesta de "las autoridades", ya viví una detención arbitraria, ya vi lo que es defender "el interés particular" en algunas instituciones públicas y en empresas privadas.
Chale, ¿es el mexicano? Si y no. Si en tanto que prevalece una forma particular de producir significado que es propia de una raza específica llamada mestiza, mexicana. No, en tanto que hay un componente de lo que es humano y ya. Ese mexicano ideológico le pone un peso extra a lo cotidiano, en sus eternas tramas. Pensamiento similar a aquella casa interminable que relata Isabel Allende en "La Casa de los Espíritus"; llena de cuartos, recobecos y puertas que conducen a otros caminos igualmente absurdos.
Solo México produce charros magisteriales, "críticos literarios" y discursos de la simulación del grado y la ridiculez que cotidianamiente enfrentamos.

Una de las opciones definitivas es retormar la conciencia sobre lo inmediato si, pero también y con fuerza sobre lo político.

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