lunes, 6 de julio de 2009

Subir cosas

Voy bajando el mundanal de cosas, ropa lavada, cosas y libros que no sé porque cargo, tazas con café pegado, toallas, jabón, bolsa de maquillajes y tantas cosas que se multiplican de forma extraña cuando me traslado de una ciudad a otra.

Hace algún tiempo fui a un salón recomendado por mi fashion friend. Me senté en el lugar. Llegó un tipo simpático de pelo teñido y traje de colores tierra, de apariencia casi centrada en el carnaval que era aquel lugar. Dijo cosas sobre mi nombre.

Yo estaba atareada viendo lo grotesco de cada uno de los peluqueros, ni hombres ni mujeres, pensando en lo que me costaría este "lujo", pero encantada con el espectáculo. Un mulato que era mujer o tal vez travesti cortaba el cabello con diligencia.
"Que onda con la forma de su boca, es asombrosa" - pienso- .

Y luego una incomodidad surge por estar gastando mi dinero en eso, siendo épocas de atún y chorizo de soya ad nauseam.

Mi novio entonces dijo que tal vez el peluquero era un profeta.

Hoy bajo las cosas del carro, batallo, quiero llorar todo pesa mucho, las escaleras se van a caer se están desmoronando.
Que simbólico man! Bah!
Estoy encabronada por bajar estas cosas y ya. Yo, yoy yoy yoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyoyo.
Por manejar horas, por el tráfico, por subir estas cosas, por llegar a limpiar yoyoyoyoyoyoyoy. No voy a limpiar ni madres. Me voy a poner a leer y a pensar en otra cosa. Como sufro yoyoyoyoyoyoyoyoyoy. Estas cosas pesan mucho. Mierda de mierdas no hay nadie que conecte el gas!

Sigo bajando las cosas y siento que alguien está bastante cerca de mi, entonces volteo y es el peluquero de aquel año, camina desprovisto del fashion que lo acompañaba en aquel entonces, aparece con una sudadera y el cabello desarreglado tal vez sin makeup. Le sonrío, pero no me reconoce. Supongo que va al departamento de travestis.

Sigo subiendo mis cosas. Tal vez tenga razón G.V. mi angustia es pura pereza. Ahora sólo tengo que cargar conmigo.

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