miércoles, 24 de junio de 2009

Cargamentos

Voy manejando hacia Tecate estoy en los inicios de la carretera libre, ahora poblada por casitas y escuelas y semáforos. De repente veo misteriosos ocho trailers que ocupan el carril para rebasar en la carretera. En menos de un par de segundos una patrulla me dice que me cambie de carril. Yo creo que me van a detener por aquello de las placas gabachas y un foco que le faltan a mi adorado carro. Me pongo atrás de la patrulla esperando a que me hagan a un lado; el policía saca medio cuerpo para decirme OK con los dedos y darme un saludo.

Se me hace raro y sigo manejando, empieza a parecer como que la patrulla custodia a los trailers, mi imaginación empieza a jugar con las posibilidades del trailer, lo que hay adentro. Imagino primero ganado, luego ganado muerto, luego polvos empaquetados.

Unos metros más adelante los trailers dan vuelta para entrar a uno de los fraccionamientos de casas minúsculas de por ahí y otra patrulla; ahora manejada por una mujer me dice que me pase el semáforo en rojo, que continue. Me paso el semáforo y alcanzo a ver por el retrovisor que también me manda saludos la mujer de esta otra patrulla.

Cuando lo platico, me dan varias hipótesis familiares y amigos, la que más factible es que tal vez los policías pensaron que yo era una supervisora del cargamento.

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