miércoles, 4 de noviembre de 2009

Inflexiones desde el documental.



El Festival BORDOCS me ha sorprendido por la calidad de los talleres, las mesas de discusión y por la fuerza de los documentales mismos. Todas estas actividades se han llevado a cabo en UCSD, y el ICBC y que seguirán a lo largo de la semana del 1ero al 7 de noviembre, el programa lo pueden descargar de su página: www.bordocs.org

La mesa del día de ayer trató -entre otras cosas relacionadas al documental mismo- de la ciudad como espacio de lucha y desgarre, trató de Tijuana pero también de Medellín y San Diego.
Tijuana y Medellín como ciudades desgarradas por la violencia; con sus calles y caras transformadas por la estética de la ruptura y de la descomposición.

Me sobresaltó el trabajo de la realizadora colombiana Patricia Montoya ''Medellín, como te convierto en un objeto'' Colombia-México I 2009 I 10’.

Este documental narra en voz femenina la imposibilidad de obtener imágenes de una ciudad, la imposibilidad de capturar un espectro; en este caso el de Medellín y también de la posibilidad de liberarse de él.

Por otra parte pareciera que San Diego nunca tiene problemas y que me disculpe la realizadora Cinthya Hopper pero me molesta esa fascinación -tan en boga- por la estética tijuanense (tercermundista). Dicho entendimiento no será suyo mientras se haga desde la epistemología colonizadora, aunque esté disfrazada de postcolonialismo y buenas intenciones, en el fondo esconde lo mismo. Y tal vez me molesta tanto porque son ellos los interesados en realizar estudios sobre temas como el robo de agua en México por parte de su propio país y nosotros permanecemos en la sobrevivencia o en las luchas contra la mediocridad cotidiana imperante.
Aun así no he visto escritor o realizador gringo que hable de sí mismo.

El taller de Joan López Lloret sigue realizándose en la Escuela Humanidades, director particular que hace registro de una época sin militancia: los desparecidos en América Latina. Mi primera impresión es que es un director que va a la sombra (jungiana) sin quedar atrapado en ella.
En su primer largometraje Los Hermanos Oligor (2004) narra la historia de dos hermanos que han trabajado construyendo marionetas encerrados durante tres años en un sótano, involucrando al espectador en un juego psicológico intenso. López Lloret estuvo con estos hermanos durante dos años grabando en dicho sótano. Parece decir: Voy a la sombra y regreso. Los hermanos Oligor aparecen cuando el encierro es la única salida.

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